jueves, 20 de septiembre de 2012

En toda mentira hay… (Inserte frase)



Dicen que quien miente se juzgó a si mismo, se juzgo a si mismo y murmuró culpable. Mientras en la oscuridad inclinaba la cabeza para que un mechón de lánguido pelo le ocultara la mirada y una lágrima le corría por el corazón, se juzgó culpable… por eso miente, por eso trata de ser lo que no es.  Mostrar desesperadamente algo diferente a aquello que realmente es.
Romina, no he vuelto a verte en las calles grises de Buenos Aires, no te escuché gritar desde la mirada de una mujer sentada en un umbral fugaz ni te vi llorar desde los labios tristes de una chica que viajaba en el último asiento desdibujado de un colectivo. Tal vez la gente que se sienta en los umbrales a masticar su tristeza a darle la espalda a la cruda realidad detrás de la puerta y la cara a una ciudad gris y sin amor se siente muy sola… y por eso algunos lloran.

¿Será que las personas nos aferramos con tanta desgarradora ansiedad a relaciones que se desmoronan como inmensas torres de huesos secos porque nos da terror ver esa torre derrumbarse como un castillo de cartas y sentir cómo tratamos de levantar con dedos temblorosos eso que llamábamos amor… mientras se escurre y deshace ante nuestros ojos...? Todo mientras el corazón nos galopa en el medio del pecho como una ráfaga de viento helado que sacude en un remolino las ascuas de un fuego moribundo.

Cuando estás parada delante de un gigante armado de hierro, bronce y marfil, tú podrás estar sola y rodeada de gente que te mira mientras sopla el viento o cae la llovizna y sostienes un arco mudo, que no falla, entre tus manos. La primera persona que juzgará el tiró serás tú, querida. Tú estás sola, tú, con tu arco y el blanco delante, y el arco no falla. Ni yo ni los espectadores podemos tirar por ti, querida.

¿Será que nos da terror abandonar una ilusión? ¿Porque en el fondo sabemos que somos capaces de superarla y, por eso, nos engañamos haciéndonos creer que es amor?
¿Será que no era amor? ¿Qué es el amor?
¿Será que por eso nos levantamos rígidos como espantapájaros mientras nos repetimos que somos valientes y que tenemos mucha fe?

Me gusta pensar que viajaste, que estás en Francia mirando una preciosa pintura o el oleaje de algún puerto. Me gusta pensar que viajaste por mar, donde las olas borraron tus huellas y nadie podrá seguirte; ni siquiera yo podré seguirte, Romina. Me gusta pensar que la brisa salina te dio una caricia de consuelo… la que yo nunca podré darte.

¿Será que aquel que reconoce que está equivocado llega más lejos que el que pasa todo el tiempo tratando de demostrar que tiene razón?
¿Será que hago veneno para las hadas?

Me gusta pensar que entendiste, que entendiste que no se trata de las personas que conoces, sino de las que aún no has conocido.
Romina, déjame repetir tu nombre un sinfín de veces en una sola vez, para que el eco siga recorriendo mi memoria y tañendo luego de que cierre este escrito.
Romina.


Mathematicus

Crédito de la foto: Micaela Luzardo.

English Version

Behind every lie there is…. [Insert text]


Is said that the one who lie, was judged by himself… Was judged by himself and has been found guilty. While in darkness, he bowed his head so that a thin lock of hair could hide his eyes, while a tear slid through his heart, he found himself guilty… that’s why he lie, that’s why he tries to be what he is not… To show, desperately, something different to what he really is.


Romina, I haven’t see you again walking by the grey streets of Buenos Aires, I didn’t hear you scream from the eyes of a woman sat down under a fleeting threshold, neither I saw you cry from the sad lips of a girl who was travelling in the blurred last seat of a bus…
The people who sits under the thresholds to chew its sadness, turning their backs to the harsh reality behind the door… and their faces as well, to a grey and loveless city, maybe they feel alone… that’s why some of them cry.


May it be that the people grasp with such tearing anxiety to relationships that fall down like giant towers of dry bones, while their hearts run in the middle of their chests like a burst of freezing wind which shakes, in a whirlwind, the ember of a dying fire… because it fills us with terror to watch that tower falling down like a house of cards and feel how we try to rise with our shaky fingers that thing we used to call love… while it slips out and fades away before our eyes…?


When you are standing before a giant, armed with iron, bronze and ivory, you can be alone, surrounded by people who stare at you while the wind blows or the rain falls and you hold up in your hands a silent bow that never misses a shot… The first person to judge the shot will be you, my dear.

You are alone; you with your bow and the target in front of you, the bow never miss. Neither I nor the spectators can pull the rope for you, my dear.

May it be we are afraid to give up an illusion, because deep inside of us we know that we are capable of get over it, and that’s why we beguile ourselves into making us believe that it is love?
Could it have been that it wasn’t love? What is love?
Is that the reason we get up rigid as scarecrows while we repeat ourselves that we have courage and we are full of Faith?


I like to think that you traveled, that you are in France staring at a beautiful painting or the waving at some harbor. I like to think that you arrived by sea, where the waves erased your footprints and no one can ever follow you; not even I could follow you, Romina.
I like to think that the salty breeze gave you a caress of comfort… the one that I will never give you.


May it be that who recognize its wrongs goes further than the one who spends all the time trying to probe that it’s right?
May it be that I make poison for the fairies?


I like to think that you understood… you understood that it’s not about the people that you have already met, it's about the ones you have not met yet.
Romina, let me repeat your name in an endless loop one more time, so the echo keeps travelling my memory and ringing after I have finished this writing.
Romina.

Mathematicus.

PH: Micaela Luzardo.

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